Con el corazón en una mano
Ocupándolo de yoyo contra el piso
Se encuentra ese gusano
Agazapado entre olores de ron y pisco
Con su pequeña alma pendiendo
Intranquila de un sucio hilo
Se va hilvanando una mortal idea
Ocupando su pequeño juicio
Con los músculo contraídos en sus manos
Se retuerce doloroso sobre el piso
Y recoge su corazón pedazo por pedazo
Y el dolor regresa con gran tino
Con la Vida temblando en el cañón de un arma
Con la sien desesperada en el camino
Con estrecha garganta sobre la cama
Con bastarda idea sobre el rizo
Con la estela del recuerdo de una carcajada
Con la llaga ardiente en un lejano trino
Y con la Muerte tocándole la espalda,
Susurrándole ardiente en el oído…